
Los Boinas Verdes y el Camino de Santiago
Los Boinas Verdes y el Camino de Santiago: 30 Años de una Última Guardia que Marcó el comienzo de una Historia
En 2026 se cumplirán tres décadas desde que los Boinas Verdes patrullaron por última vez el Camino de Santiago, cediendo el relevo a la Guardia Civil y a la Brigada Ligera Aerotransportable (BRILAT) de Pontevedra. Aquel cambio marcó el final de una etapa única, en la que la disciplina, el espíritu de servicio y el sacrificio de nuestras unidades de operaciones especiales dejaron una huella imborrable en la ruta jacobea.
Un Camino Protegido por Guerreros
Los Boinas Verdes, herederos de la mejor tradición militar de operaciones especiales del Ejército de Tierra, asumieron durante años la responsabilidad de proteger a los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago. En una época en la que el turismo de peregrinación crecía y los riesgos aumentaban, sus patrullas recorrían los tramos más solitarios y complejos, garantizando la seguridad y ofreciendo apoyo a quienes lo necesitaran.

Más allá de su misión, su sola presencia transmitía tranquilidad. Muchos peregrinos aún recuerdan aquellas siluetas inconfundibles cruzándose en su camino: soldados atentos, siempre dispuestos a guiar a los extraviados, auxiliar a los heridos o simplemente vigilar en silencio, asegurando que la ruta siguiera siendo un espacio de paz y encuentro.
El Relevo y la Continuidad
En 1996 llegó el relevo. La modernización del Camino y el aumento de los peregrinos hizo que la seguridad pasara a manos de la Guardia Civil y de la BRILAT. Un traspaso natural que permitió a nuestras fuerzas de élite centrarse en nuevos retos y escenarios estratégicos.
Desde entonces, la BRILAT ha seguido vinculada al Camino, prestando apoyo en eventos de gran afluencia, como los Años Santos Compostelanos. Por su parte, la Guardia Civil continúa patrullando el Camino, a pie, a caballo o en bicicleta, velando porque siga siendo un recorrido seguro y hospitalario.
El Legado de los Boinas Verdes
Aunque hace ya casi 30 años que los Boinas Verdes dejaron de patrullar el Camino de Santiago, su legado permanece vivo en la memoria de muchos veteranos y peregrinos. Su ejemplo de profesionalidad y entrega marcó un antes y un después en la seguridad de la ruta, y forma parte del rico patrimonio humano e histórico del Camino.

Quién sabe… Quizás en alguna jornada de 2025, entre el polvo de los senderos y el susurro de los árboles, un peregrino se cruce con un veterano que, con la mirada fija en el horizonte, recuerde aquellos días de patrulla y servicio. Porque hay caminos que, una vez recorridos, nunca se olvidan.
¡Ultreia et Suseia, compañeros!
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